LA PACHIRA
Árbol que llega a medir hasta 18 m de altura. Tiene hojas verdes palmadas, alternas con 5-6 foliolos obados y corteza suave y verdosa. Las flores son largas, de pétalos angostos que abren como las cáscaras de la banana, con estambres amarillo-naranja en cabellera.
El árbol crece muy bien como ornamental en áreas húmedas, a cubierto de heladas; y desde semillas o estacas.
Se cultiva por sus frutos comestibles. Su sabor es parecido al de los cacahuetes, pudiéndose comer crudo o cocido, o en una harina para hacer pan. Las hojas y las flores también son comestibles.
Uso alimentario, para madera y como ornamental. La especie es una importante fuente de alimento para la fauna y de valor ornamental, motivo por el cual ha sido plantada en parques principales en muchos municipios colombianos. Las personas que viven en su entorno recolectan sus semillas, las tuestan y las consumen, afirmando que tienen un agradable sabor muy similar al de la nuez.
La Pachira necesita mucha luz, pero también sobrevive en ambientes de media sombra, con temperaturas entre 12°C y 25°C. La planta prefiere que la tierra se seque entre los ciclos de regado. El mejor grado de conservación se logra cuando se permite que la tierra esté más bien seca. Especialmente durante el invierno debe prestarse atención de no regar la planta demasiado. También debe evitarse el aire seco de la calefacción. Preferentemente hay que rociarla a diario: de otro modo reacciona haciendo caer las hojas. Durante el primer año no es conveniente abonar la planta. Luego es posible añadir abono en el riego cada 2 a 3 semanas en el verano. Si se dan las condiciones propicias para el crecimiento, la planta se desarrolla rápidamente. Si se vuelve muy grande, es posible recortarla al tamaño deseado. Luego de 1 a 2 semanas se desarrollarán nuevos brotes a los lados de las zonas de corte.